Sinceramente, tengo que confesar que me ha producido penita que esta noche abandone Elías la Academia de OT. Posiblemente no era el mejor alumno ni el más talentoso, pero tenía un arte tremendo y era todo un diamante en bruto (nunca mejor dicho).
Aunque odio dar la razón a ciertos comentaristas de ciertos programas de Telecinco sí que es verdad que OT no es más que un reallity show que busca audiencia y Elías, al igual que las nominaciones de Risto Mejide, era un imán para las mismas. O sea, que el show business pierde una gran estrella y una personalidad arrebatadora (a la vez que histriónica o excesiva).
Yo lo voy a echar de menos, sí.
Adiós, Elías. Eres nuestro mesías.
Hasta pronto.
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