20090628

SIN-SENTÍO.

Son las 8.44 a.m. y acabo de llegar a casa.

Esta noche fue la última noche que trabajé en El Sentío Noche... ¿Por qué? Podría dar varios motivos: dos bajadas de salario consecutivas en un año merman las (digamos) ganas de trabajar de cualquiera... segundo: dicha continua reducción de sueldo desalenta el amor al trabajo bien hecho... si además a estos hechos sumamos el ninguneo al que uno se ha sentido sometido durante años, las razones de peso van creciendo y las goticas (como decimos en Murcia) van colmando el vaso hasta que lo hacen desbordarse.... Y esto, al fin y al cabo, es lo que ha pasado con El Sentío Noche... o al menos es así como yo me siento con respecto al bar.

Un continuo bajar y condicionar los sueldos con respecto a las recaudaciones... ¡Eso no se puede aguantar!

Un ninguneo repetido hacia mi persona como pinchadiscos de un local que nunca valoró la música que se ofrecía al público... Aunque, para qué engañarnos, fue el público quien jamás supo valorar lo que entre sus cuatro paredes se le ofrecía... (y lo digo con el más profundo rencor desde el fondo de mí).

Muchas más razones, tal vez, pero que al fin y al cabo no quedarán más que como el berrinche de una marica que siente un gran (digamos, otra vez) rencor y resentimiento hacia un local (más bien una jefa) porque siente que sus esfuerzos e ilusiones depositadas durante varios años de su vida se han ido a tomar viento fresco... Por no decir a tomar por culo.

En serio. Esta noche tenía un discurso preparado, el cual iba esquematizado en varios puntos a tratar y que constaba de puntos importantes y que habían resultado decisivos a la hora de tomar mi decisión final: abusos, niguneos (como ya dije antes), secretismos, traiciones... Sí, traiciones... porque, qué si no se puede considerar que en mismo día del Orgullo Gay (siendo 2009 el primer año en que recibe cierto apoyo institucional) se llame en un local a una persona totalmente ajena al movimiento para hacer una sesión para su clientela (gay)... ¿Todo es política? ¿Tal vez la dueña del bar ha contratado al diyei que siempre contratan en el Grupo de Lesbianas del No Te Prives para que no la veten de por vida puesto que decidió no participar ni apoyar el 1er Orgullo Gay en Murcia?

Pero finalmente dicho discurso se saldó en una frase: "No voy a venir la semana que viene... Ni el viernes... Ni el sábado..."

A lo que me contestaba mi jefa: "Y eso me lo dices ahora... ¿No me lo podías haber dicho dentro?"

"No me has preguntado nada...", le he contestado. Y si fuera honesta reconocería que ya se lo advertí hace semanas cuando dije que debería buscarse a otro pinchadiscos que le trabajase por el precio por el que tenía pensado pagar. Sinceramente, puedo comprender una rebaja en mi sueldo de 20€ por sesión, pero nunca más... Nunca hasta llegar a los 40€, puesto que eso supone casi el 50% de mi sueldo. Además de ser injusto, me parece un abuso. Si hay alguien que por ese precio (bajo mínimos aceptables) le trabaje lo veo muy bien, pero yo no.

Ese "no me has preguntado nada..." venía del viernes anterior, ya que se me comentó a vuela pluma que al día siguiente venía "un chico a pinchar..."

¿Un chico a pinchar?

Sentimientos encontrados: por un lado considero una liberación que haya encontrado a un pardillo a quien pagar ese nuevo sueldo estipulado unilateralmente... Por otro lado me ofende enormemente que haya decidido probar su valía coincidiendo con la festividad del Orgullo Gay en Murcia. O sea, celebrándolo con alguien ajeno... Me he sentido totalmente engañada y embaucada. Pero siempre estuvo claro que mi trabajo detrás de los platos no valió nada a sus ojos. ¡Clarísimo! Sustituciones de última hora... No contar conmigo para fiestas y acontecimientos relacionados con celebraciones en el bar, etc. Lo que pasa que uno se fue callando y callando... Pero hay gotas que colman el vaso y ésta fue esa gota, puesto que tras los últimos acontecimientos el vaso estaba a punto de derramarse.

De acuerdo, yo había informado ya a mi jefa de que con el nuevo salario que estaba dispuesta a pagar no contara conmigo... Que lo veía injusto. Y quien me ha oído pinchar lo sabe. No soy ningún don nadie... He pinchado en otros locales de la noche murciana... y alicantina... y la verdad es que nunca me sentí tan menospreciado como en un local donde se suponía que desde hace dos meses era el residente. ¿Por qué no se consultan esas decisiones a la persona a quien has confiado la cabina? ¿Tal vez esa política del secretismo que lleva (hay camareros y djs que no sabían de la reducción del salario hasta la hora que fueron a cobrar su sueldo) opina que es la más adecuada? ¿Con qué autoridad moral se siente entonces para reclamar que se avise con tiempo de cualquier imprevisto o plan que surja? Con ninguna, queridos. Ninguna.

Así que ante ese "muy bien, como quieras" no he podido más que darme la vuelta y marcharme sabiendo que posiblemente nunca más volveré a trabajar en ese local al que tanto amo y tantos momentos buenos (posiblemente) debo.

Esto es una despedida... Supongo.

Adiós.

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